Enki (dios del Agua) es el dios de la sabiduría, señor de la construcción, las artes, el diseño y la creación. Es uno de los tres dioses más importantes, con Enlil (Dios del Aire) y Anu (Dios del firmamento), esposo de Ki (la Tierra) de la cultura mesopotámica, surgida en el valle del Tigris y el Éufrates.
La clase sacerdotal era prioritaria; era sin duda la dueña de la Nación, como representante directa de los Dioses.Los almacenes del templo solían ser los más ricos por donaciones o por la cosecha de sus propias tierras, las cuales se consideraban tierra de los dioses. El templo y el clero era una unidad económica independiente que organizaba su propio comercio, tierras y escribas.
La administración estaba dirigida por un ministro del
príncipe, el cual organizaba y distribuía los impuestos, organizaba
expediciones militares y controlaba los almacenes y a los escribas, los únicos
que sabían escribir.
La mayor parte de la población de la ciudad se dedicaba a la
agricultura, también había comerciantes y artesanos. La esclavitud no estaba
muy extendida aunque existía, eran sobre todo prisioneros de guerra o cautivos
por deudas sin pagar.
Los sumerios fueron grandes constructores, sin embargo la
poca utilización de la piedra (no había canteras) y el uso común del adobe ha
provocado que no nos haya llegado ninguna gran obra en buenas condiciones. El
edificio principal fue el Templo y el Zigurat, el observatorio meteorológico y astronómico imprescindible en toda sociedad agrícola.
El hecho de construir con barro hizo que nunca se llegara a
utilizar la columna de piedra, con esto al tener que aumentar o cambiar algo de
un edificio lo que hacían era tirarlo y hacerlo de nuevo. Así se construía
sobre los restos de lo anterior, al cabo de los siglos la tierra se fue
amontonando y dio al paisaje llano de la zona unas montañas de tierra que fueron antiguos edificios.
Lo que si nos ha llegado en abundancia han sido la
orfebrería y los relieves en piedra. Gracias a estos elementos conocemos la
mayor parte de la vida de los sumerios.
El legado de los sumerios es importante en muchos aspectos
pero el más destacado sin duda fue el de la escritura. La lengua sumeria no
tuvo parentesco con ninguna otra de su época, no ha habido ningún vocabulario
en el mundo que se le pareciera.
La escritura propiamente dicha apareció sobre el 3.500 a.C
en Uruk; pronto se dieron cuenta que la mejor forma para escribir era en
tablillas de barro que luego cocían para endurecerlo. El ladrillo les servía de piedra y el betún de argamasa. El diseño es de plataformas cuadrangulares superpuestas, hasta de siete pisos
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